La fábula de la vaca

Todos los días debo limpiar mi correo de tonterías. A pesar de que les digo a mis amigos que no me manden powerpoints, sigo recibiendo mensajes seudo edificantes a diario. Asi que he decidido contraatacar y escribir mis propias historias que harán a Paolo Coelho revolcarse en su tumba (Qué, ¿No se ha muerto? ¿Y qué espera?). Me salió bastante estúpida, lamentablemente no se diferencia demasiado de lo que se recibe normalmente.

Una camioneta se detiene en el cruce de un camino, confundido sobre qué ruta tomar, y pregunta a un arriero que pasa con una vaca.
- Yo le indicaré el camino, si es que me lleva – Dice el arriero.
- ¿Y la vaca?
- No se preocupe, ella nos seguirá.
Incrédulo, el conductor va por el camino y observa que en efecto, la vaca sigue a la camioneta. Picado, el conductor acelera a 60 kph y la vaca sigue aún atrás de la camioneta.
- ¿Cómo puede ser posible?
- Yo le dije que la vaca nos iba a seguir…
- No puede ser, voy a acelerar…
Cuando acelera a 100 kph, la vaca aún sigue corriendo detrás de la camioneta.
- Una vaca no puede correr igual que una camioneta!
A la marca de los 120, el conductor empieza a cantar victoria.
- Mira, tu vaca ya está sacando la lengua…
- ¿La está sacando hacia la izquierda o hacia la derecha?
- Ehhh…. Hacia la derecha.
- Entonces ¡Hágase a un lado, porque nos quiere adelantar!

Piensa, amigo, si eres como el conductor, incrédulo de las maravillas de Dios, o si eres la vaca, que con la ayuda de la fé logra vencer las dificultades y sobrepasarlas.
Recuerda que los milagros ocurren dónde menos los esperas. Comparte esta historia con tus amigos, enemigos, parientes, la trampa, clientes, y con las direcciones de correo que encuentres escritas en el asiento del bus. Por cada direccion a la que lo reenvies, recibirás un amoroso beso de Graciela, la vaca cajamarquina que ves ilustrando este mensaje.