sábado, 11 de agosto de 2007

Lennon en su laberinto



[Musica de fondo: Watching The Wheels - John Lennon]


Un dia de 1979. John se ha levantado tarde. Igual que ayer. Igual que todos los días desde hace tanto tiempo que ya perdió la cuenta. El mayordomo le lleva el desayuno al living, donde está viendo la televisión. En realidad no está mirando nada. Solo cambia de canales al azar. Todos los días son iguales, piensa. Este pensamiento le lleva a preguntarse cómo llegó hasta esta situación.

Hubo un tiempo en que cada día presentaba un nuevo reto: conciertos, manifestaciones en favor de la paz, periodistas, grabaciones. Y Yoko. Es por ella que está en este piso exclusivo de New York separado del mundo. Ya intentó pasar un tiempo sin ella y fracasó. Y recuerda. Es por ella que está aquí. Se retiró de todo para tenerla a ella aquí. Y a Sean. Para que Sean tuviera un padre que cuide de el. Un padre como el que él mismo no tuvo. Como no lo tuvo ni siquiera su otro hijo, Julian. Pero algo falla en este plan: Yoko está fuera atendiendo los negocios, Sean está con los institutrices y John se aburre mortalmente.

Como atendiendo al llamado que no ha hecho, Sean aparece. Quiere ver otra vez "Yellow Submarine". John lo acompaña solamente por unos minutos. Descubre que la cinta ya no le trae recuerdos. Pero no es así. Mas bien, los recuerdos son otros, son recuerdos de verla en familia, de Sean diciendo que aquel de bigotes se parece a su papá. Cansado de no hacer nada, sale a la terraza pensando que no sabe como ser millonario. Tanto trabajo y tantas peleas solo han servido para descubrir que preferiría seguir en una callecita de Liverpool sin que nadie lo conozca. Pertenecer nuevamente a la clase trabajadora. Pero para ser un trabajador hay que saber hacer algo, y solo hay una cosa que John sabe hacer. Va en busca de una guitarra, y siente instintivamente vergüenza al tener que pedirle al mayordomo que se la traiga.

Al rasgar las cuerdas, es atacado por la frustración de recordar que la última vez con unos amigos cambió la afinación para tratar de lograr unos acordes jamaiquinos. Una trampa de la nostalgia le hace recordar a Paul, quien siempre le afinaba la guitarra. Conscientemente, llama otros recuerdos para exorcizarlo. Y sonríe porque estos recuerdos son menos amables. Son recuerdos mucho mas recientes: Se recuerda a si mismo mirando una y otra vez los noticieros que le informan de lo que le pasa a Paul. Paul encontrado con droga en el aeropuerto de Tokio. Paul recluido en una celda. Paul enfrentando una condena de diez años. Paul saliendo de la cárcel y enfrentando a la prensa. Paul suspende su gira mundial y regresa a Inglaterra. No, piensa, Paul no vendrá a afinarle la guitarra.

John piensa por un momento en regresar a seguir viendo televisión. Esta vez no, se dice a si mismo. Recuerda otra de sus guitarras en un armario de su dormitorio. Esta vez nadie la buscará por el. Al sentir nuevamente las cuerdas empieza a jugar con los acordes conocidos. Chuck Berry, Carl Perkins, Hank Williams, el blues. Y casi sin darse cuenta, va hilando una canción. No está creando una letra, simplemente está describiendo cómo se siente.
I'm just sitting here watching the wheels go round and round... Estoy de vuelta, piensa.

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