martes, 16 de abril de 2024

Pensamientos a medio hornear



Al fin llegué al momento en que me he quedado sin tonterías. Lamento decir que suspendo mis publicaciones por aquí hasta que la señora musa de las tonterías se digne en venir a esta casa. Tan solo me han quedado algunas frases sueltas que estoy publicando todavía en mi cuenta de X, y estas semillas de posts que no he podido completar y que han quedado como pensamientos a medio hornear. Hasta la próxima.

I
Una de las verdades impopulares que he descubierto es el aporte de los Estados Unidos a la unión latinoamericana. Nadie ha confiado tanto en ella, al punto que para ellos, ya somos una sola nación. El problema es que esa nación ellos creen que es México. 

II
Si yo tuviera el poder de ser escuchado y de que mis consejos sean seguidos, haría de este mundo algo mejor. Me gustaría poder influenciar en las personas, y guiarlas hacia una mejor sociedad. Pero no, los “influencers” usan su poder para dar consejos de maquillaje, hacer chistes y hablar de superficialidades.

III
La modestia es un arte que nunca he podido dominar. Muchas veces he tratado de no alabarme, esperando que sean los demás quienes se den cuenta de mis méritos y lo que he logrado es ser ignorado, o que sean otros los que se lleven la gloria. Otras veces he mencionado lo importante de mi trabajo, para ser tachado inmediatamente de orgulloso. Algún punto medio debe haber, en que haga notar sutilmente mi valía, de modo que los demás crean descubrir lo bueno que soy, y difundan esta noticia al mundo. 

IV
Si ya le hicieron una película a Oppenheimer, creo que sería justo hacerle una también a Heisenberg, creador del principio de incertidumbre. Imagino primero a un niño tímido e inseguro, que cuando su madre le preguntaba en dónde había estado, no sabía responder con exactitud. Luego, su momento de inspiración llegó cuando, años más tarde, conducía su nuevo automóvil y lo detuvo un policía. ¿Sabe usted a qué velocidad iba? Le preguntó. - Depende, ¿Me estaba usted observando? - Dijo Heisenberg. El policía responde que sí. - Entonces iba por debajo del límite de velocidad. - 
Sorprendentemente, el policía lo dejó ir, y Heisenberg llegó a la conclusión de que la velocidad depende de si lo están observando o no. Con el tiempo, llegó a ganar el premio Nobel por no poder decir en dónde estaba o a qué velocidad iba, si es que había alguien mirando o no.

V
Y puestos a pensar en teorías de conspiración. ¿Y si el poder detrás de la tercera guerra mundial son las cucarachas? Eso explicaría el por qué cada vez estamos más cerca de volarnos unos a otros con bombas atómicas, dejándoles a ellas el dominio del planeta.

1 comentario:

  1. Es una pena que lo dejes. Tus pensamientos valen la pena y mucho. Un beso

    ResponderBorrar

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...