viernes, 19 de octubre de 2007

Con la moral baja


Es un día de esos en que la cosas salen todas torcidas... Un día que estaba desanimado, con la moral baja. Salgo a la calle, en busca de algo que me levante la moral. Sin darme cuenta, llego a un lugar donde se me acerca un sujeto.
- Que necesita, caballero...
- Algo que pueda aliviarme de la carga que estoy sufriendo - Dije filosóficamente.
- Aquí tengo de todo, pues, varón, ¿qué necesita? camiones grúa, montacargas, volquetes, ¿de cuánto es su carga?
- Todo lo que pesa mi alma, varón...
- Ah, no, aquí no es... Ese tipo de carga se la levantan aquí a tres cuadras, en la...
- Gracias, pero creo que no necesito de eso ahora, además, es temprano...
- 'Tas sin plata, varón, pero no te preocupes, conozco una que te puede hacer un precio...
- No te preocupes, así nomas, ya me iba...

Buscando lugares menos peligrosos, me encuentro con alguien a quien no veo hace tiempo.
- Hermanón, ¡Cuánto tiempo! ¿Qué haces por aquí?
- Aquí pues...Ando más caído de ánimos que uno de la selección viendo la repetición del partido...
- Pucha! Eso lo arreglamos al toque con un par de chelitas...
- No, hombre, esto no se arregla con chelas...
- Ah, Estás sin plata, ahí si estamos mal... Yo más bien te iba a pedir que me prestes pa' las chelas... Oye, me tengo que ir... A ver cuándo nos reunimos y traes plata, pues...

Salgo además de deprimido pensando en por qué es que la gente parece pensar que la tristeza se debe únicamente a la falta de dinero. Avanzo un par de cuadras, cuando soy abordado por otro sujeto.
- Hermano, te veo deprimido, pero yo sé cuál es la solución a todos los problemas...
- ¿Y cuál es esa solución?
- Dios, hermano, Dios murió por tí...
- ¿Quiere decir que yo maté a Dios? ¡Soy un deicida!
- No, hermano, Dios quiere que los pecadores se arrepientan, antes del juicio final...
- Es decir, que si se acaba el mundo... ¿También será por mi culpa?
- No, no estás entendiendo...
- Pues me estás diciendo que soy un pecador, que por mi culpa Dios se murió y yo seré el culpable del fin del mundo...

Salgo más deprimido que nunca y decido regresar a casa. Antes de llegar veo una cara conocida, pero decido apurar el paso para evitar el encuentro. Es demasiado tarde. Con la habilidad de quien me conoce, anticipa mis movimientos y me corta el paso. Sabiamente, espera a que yo me acerque antes de hablar.
- Te quiero.

Solamente se necesitaban dos palabras para sacarme de la depresión.

3 comentarios:

  1. Waaaa... llorooo...

    Gracias! Todo un post lleno de sabiduria ;)

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  2. OJALA TODOS SEAMOS CAPACES DE SENTIR ESAS DOS PALABRAS MARABILLOSAS

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  3. Curioso... Un post que escribí hace tiempo, con otro estado de ánimo... Aún sigue haciendo que otra persona responda...

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