viernes, 17 de noviembre de 2017

Frases obsoletas


Hay frases que ya no deberían decirse, pero que seguimos escuchando, tal vez más por costumbre que porque reflejen realmente la realidad. Una de estas frases es la de “El capitán se hunde con su barco”. Esta frase proviene, sin duda, de los tiempos antiguos en que l gente viajaba en barco y los capitanes eran gente honorable. Cuando había un accidente, tal como un choque con un arrecife, con otro barco o tal vez un ataque de piratas, el capitán organizaba la defensa y el rescate, y se aseguraba de que todos estén a salvo antes de abandonar el barco. Cuando esto no era posible, prefería no sobrevivir a la pérdida, antes de verse señalado el resto de su vida como el capitán que perdió su barco. Así se decía entonces cada vez que alguien a cargo permanecía en su puesto ante una posición desesperada o una causa perdida. Yo siempre oponía este dicho al otro que dice que las ratas son las primeras en abandonar el barco, hasta que llegaron los tiempos actuales, en que ya no sabemos quién es el capitán y quienes son las ratas. No tengo los datos históricos exactos, pero me parece que el último capitán que se quedó en el barco mientras se hundía fue el del Titanic. Y esa fue justamente la extinción del género. Ahora, los capitanes abandonan el barco sin pudor alguno a la primera señal de peligro, y más de uno ha demostrado tener más olfato que las ratas a la hora de anticipar el desastre. No quiero ponerme a hablar de política, pero hubo una vez en que el capitán dejó el mando del barco a las ratas mientras el barco se hundía, lo cual hubiera sido cómico si no fuera porque los pasajeros éramos todos nosotros. Y esta es historia cierta, no importa en qué país me estén leyendo.

Hablando de frases obsoletas, hace años, en los barrios populares, cuando se dudaba de la integridad de alguien, la frase que se escuchaba siempre era “Yo soy pobre, pero honrado”, o el plural de “Aquí somos pobres, pero honrados”. Es que siempre se pensaba que los pobres eran los que cometían los delitos, y que la “gente honorable” eran los de la clase media para arriba. Ahora los tiempos han cambiado y los delitos se han democratizado, si es que no fue así desde el comienzo, y son los ricos a los que vemos cargar con todo lo que pueden, sin importar la decencia y las buenas costumbres. Son ahora los ricos los que deberían defenderse del prejuicio de clase diciendo: “Soy rico, pero honrado”.

Una última, aunque no venga tan a cuento. Siempre se dice que una imagen vale más que mil palabras. Hagamos un poco de matemáticas. Si yo veo un video a velocidad normal, es decir, a 24 imágenes por segundo, me vale más que 24,000 palabras. Esto significa que en una película de 90 minutos, o sea 5,400 segundos, lo que he visto vale más que 5,400,000 palabras. Esto es más de las que tiene la Biblia, solo por poner un ejemplo. Sin embargo, al ver una película no me siento más culto por haber leído tanto. Por lo tanto, esta frase también deberíamos considerarla como obsoleta. Y ni siquiera he hecho la distinción sobre si la película está en HD o 4K, lo que sin duda debería valer más de 1,000 palabras por cada imagen.

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