Hoy me he despertado con ansias de posteridad, con ganas de
hacer mi nombre inmortal. Más de uno pensará seguramente que hoy día es muy fácil
ser famoso, que para eso existen hoy los videos virales, los memes, los reality
shows y los chismes del espectáculo, que en estos tiempos ya no tiene chiste
ser famoso, pero eso no es cierto. La fama que obtienen los personajes de internet
viven una fama instantánea, quince minutos de fama que se van tan rápido como
llegan. ¿Quién recuerda hoy a los que fueron famosos tan solo el año pasado?
No, mi fama debe perdurar por siempre, esa fama que traspasa los periódicos y
llega a los libros de historia. Aunque en la mayoría de los libros de historia
se encuentra gente que llegó allí convirtiéndose en héroe, proceso que implica
la muerte en el común de los casos. Hay mejores maneras de eternizar mi nombre.
Y no es tan difícil, según veo al investigar un poco y encontrar que muchas de
las cosas que vemos en nuestra vida diaria llevan el nombre de su creador. Por
ejemplo ¿saben quién inventó el turrón? Pues un barcelonés llamado Turró. ¿Quién
inventó el condón? El doctor Condom. Los nombres están allí, clavados en la
posteridad. Lo mismo se puede decir del saxofón, inventado por Sax, y de
los taxis, que fueron inventados por el príncipe Von Thurm und Taxis.
Leyendo un poco más, encuentro que los griegos antiguos
tuvieron más suerte en dejar su nombre dentro del uso diario del idioma. Encuentro
a Anfitrión, griego que daba tan buenas fiestas en la antigüedad, que ahora se
llama así al dueño de casa en cualquier evento; también a Mentor, que era el
maestro del hijo de Ulises. Los antiguos romanos no se quedaron muy atrás y nos
dejaron personajes como Mecenas, Tácito y Severo.
Tal vez tenga el ingenio suficiente para inventar un
movimiento, como Schubert Gambetta, quien inventó la gambeta, o aquellos que le
dieron su nombre a la maniobra Heimlich o la llave Nelson. Tal vez tenga que
descubrir algo para darle mi nombre, como Dahl, que difundió la Dalia en Europa.
Por otro lado, hay famosos desconocidos. Mi investigación encontró que Kame Hame Ha no es en realidad ese golpe que asesta Gokú a sus más poderosos enemigos en la serie Dragón Ball, sino un personaje real, que fue el unificador y primer rey de las islas Hawaii.
Pero así como estoy, creo que es más probable que mi nombre acabe
usándose para designar una enfermedad, y termine junto a Alzheimer o Tourette.
¿Verdad que daría mucho miedo padecer del “Síndrome del Tonto de la Colina?
Kameja Meja (en los manuales de historia de argentina, es el rey del 1ª país Soberano q reconoció a las Provincias Unidas del Río de la Plata.
ResponderBorrara pedido del 1ª corsario q llevó nuestra bandera y su respectiva patente de corso. por razones del inercambio comercial de ese momento
Vaya, un dato que no conocía, y que no está mencionado en la placa del monumento a su memoria.
BorrarPero lo que más me interesa es esa historia del primer corsario argentino, nunca había sabido de algo así. Tal vez puedas referirme la historia para ponerla por aquí.
en cuanto al virus q te puede hacer potencialmente famoso.... lamento decirte q yo tmb lo tengo.... hace muuuuuuuuuuuuucho má de lo q puedo recordar
ResponderBorrary si iniciamos un movimiento??????