¿Quieren saber lo que piensan los tontos? Aquí hay información de primera mano.
viernes, 30 de abril de 2010
Cómo llegar al Nirvana
domingo, 25 de abril de 2010
intoxicación de Beatles
El lunes fui a la consulta del Dr. Robert. Al llegar reconocí a la recepcionista. Su nombre era Magill, se hacía llamar Lil, pero todos la conocían como Nancy.
Nunca me han gustado los consultorios, pero ese día la espera se me hizo insoportable. A mi lado un hombre reclamaba su cita. "I am the Eggman" repetía. Tuvo que esperar a que atiendan a Rocky Racoon, que había llegado herido de bala. "Es sólo un rasguño", decía. Otro paciente salió diciendo "Yo sé lo que es estar muerto".
Cuando el doctor al fin me atendió, solamente podía decir "Help, I need somebody"
Después de examinarme, me preguntó "A usted le gustan los Beatles ¿Verdad?". A mi rostro de sorpresa, contestó: "No lo niegue, todos tienen algo que esconder, excepto yo y mi mono. Usted tiene una intoxicación de Beatles. Ha estado escuchando demasiados discos de los Beatles y eso le ha afectado."
- Eso no puede ser, yo no soy de esos fanáticos...
- Sólo responda ¿Qué es lo que ve cuando apaga la luz?
- No le puedo decir, pero sé que es mío...
- ¿Se dió cuenta? Pero no se preocupe, eso está pasando mucho en estos días. Este mes ya he tratado a una morsa y a una cebolla de vidrio.
- ¿Y esto tiene cura, doctor?
- Normalmente, recetamos una semana de reposo en silencio, pero usted parece tener un caso fuerte. Si no actuamos pronto, usted puede terminar en la India tocando un ukelele. Necesita un tratamiento de shock...
Mi rostro desencajado hizo todas las preguntas que no salían de mi boca.
- En primer lugar, elimine las manzanas de su dieta. Dedíquese a otras cosas en vez de escuchar música. Y si no puede resistir el síndrome de abstinencia Beatle, use uno de estos.
Era un USB.
- ¿Qué es esto?
- Es un USB de 1 GB. Necesitará ponerlo en su reproductor cuando sienta que no puede resistir la necesidad de escuchar a los Beatles.
- ¿Y qué contiene? ¿Mensajes subliminales? ¿Grabaciones al revés?
- No, contiene la colección completa de los discos de Ringo Starr. Le aseguro que escucharlos le curará de su enfermedad.
- ¡No! ¡Cualquier cosa menos eso! ¡Le prometo que dejaré de escuchar Beatles desde mañana!
- Mañana nunca se sabe... Lléveselo y veremos como sigue la próxima semana...
Después de varios días, I feel fine. Ya no me siento tan mal. Me tomo el tiempo para cosas que no eran importantes ayer. Me he dedicado a jugar con piezas de lego para distraer mis pensamientos.
Y cuando pongo música, las notas de "Back off Boogaloo" o "Stop and take your time to smell the Roses" me alivian de mi adicción.
Good Night.
jueves, 22 de abril de 2010
10 canciones con un tonto en el titulo
- Foolish Games – Jewel
- What Kind of Fool – Barbra Streisand & Barry Gibb
- What a Fool Believes – The Doobie Brothers
- Fool for your Loving – Whitesnake
- A Fool such as I – Elvis Presley
- Love Fool – The Cardigans
- Why do Fools Fall in love? – Frankie Lymon & The Teenagers
- The Fool in the Rain – Led Zeppelin
- The Fool on the Hill – The Beatles
lunes, 19 de abril de 2010
Chiste psicológico
Un hombre conoce a una psicóloga en una fiesta, el flechazo es inmediato y tras la charla habitual consigue llevarla a su departamento. Copas van, caricias vienen y finalmente él inicia un avance más fogoso:
EL: ¿Ven para acá. Déjame besarte el cuello…
ELLA: ¡Qué libidinoso estás hoy!
EL: Es que eres una belleza y me vuelves loco, ¡mi potra!
ELLA: (Alejándose) ¿Potra? Te gusta copular con equinos? ¡Sodomita!
EL: ¡Pero no! ¡Es una forma de decir que estás buenísima! Mamita.
ELLA: ¿Mamita? ¿Acaso me estás usando para resolver tu complejo de Edipo?
EL: Quiero decir que me encantas, que eres divina.
ELLA: ¿Divina? Tienes fijaciones religiosas? Para que sepas la idealización o endiosamiento de la pareja es un claro síntoma neurótico.
EL: ¡Basta! ¡Me tienes harto con tu mierda psicológica!
ELLA: ¿Mierda? Así que tu fijación es en la etapa anal, ¿eh?
EL: ¡Corta, corta por favor!
ELLA: ¿Corta? ¿Entonces estás inseguro de tu pene, es eso?
EL: ¡Si sigues con esto te juro que te pego!
ELLA: Tenía razón… desde el principio sospeché que eras un sádico.
EL: (Lloriqueando) ¡Basta! ¡Te lo ruego! ¡No me vuelvas loco!
ELLA: Uhm y también masoquista, muy típico.
EL: (Agarrándola del cuello) ¡Me tienes podrido! ¡Te voy a matar!
ELLA: Agghh… y… encima… psicópata… Agghh…
EL: (Soltándola) ¡No me persigas más con todo ese palabrerío! ¡Por favor, no me persigas más!
ELLA: Entiendo… paranóico y con delirio de persecución…
EL: ¡No, no! ¡Lárgate! ¡Prefiero estar solo! ¡Prefiero estar solo!
ELLA: ¿Solo? ¡Entonces tus problemas principales son la masturbación y el autoerotismo!
EL: ¡Socorroooooo! ¡Policía! ¡Policíaaaaaaa!
ELLA: ¿Era eso?, ¿querías un tipo vestido de policía? ¿Así que diste todas estas vueltas para decirme que eres maricón y fetichista?
Sin más que decir...
miércoles, 14 de abril de 2010
El cuento más tonto del mundo
viernes, 9 de abril de 2010
El misterio del loro
domingo, 4 de abril de 2010
Hannibal Lecter en el Perú
Después de las lluvias que afectaron tanto al turismo en el Cuzco, las autoridades están en una campaña para invitar a celebridades a que se den una vueltita por esta imperial ciudad, de modo que el turista común y corriente se anime a visitarnos. Así, pues, no fue raro encontrar en un restaurante no tan conocido, pero íntimo y acogedor, nada menos que a Hannibal Lecter. Sin dudarlo me acerqué, armado de mi celular con cámara y mi libreta de autógrafos.
- Dr. Lecter, supongo…
El Dr. Lecter ni siquiera se dignó a mirarme, dejándome en una posición incómoda, sin saber si quedarme o irme. Me quedé, casi hipnotizado al verlo comer. Realmente no he visto, ni creo que vuelva a ver, el raro espectáculo de alguien comiendo carne cruda con tan exquisita fruición y sin romper ninguna de las reglas de la etiqueta.
- Dr. Lecter ¿Me permite acompañarlo?
- Tome asiento, joven, si gusta – Me dijo con una cortesía impecable.
- Es un honor que visite nuestro país… ¿Qué le trae por aquí?
- Hace tiempo que he querido visitarlo… Me han hablando altamente de la cocina peruana y ahora se presentó la ocasión… Confío en encontrar a los peruanos tan deliciosos como me han dicho…
- Ehh… Se refiere a la comida ¿Verdad?
- Los peruanos son tan simpáticos y serviciales… Ayer vino un mozo a preguntarme qué deseaba, y me comí unos riñoncitos con habas, acompañados de un buen pisco… Mmmm…
La conversación estaba tomando un cariz que no me gustaba nada, así que intenté cambiar de tema.
- ¿Y ha venido usted solo, Dr. Lecter?
- En realidad, venía con un amigo, pero él se tuvo que quedar en el aeropuerto… Por alguna razón ya no dejan entrar con lonchera al avión. Motivos de seguridad, supongo.
- Y habrá usted venido a visitar nuestras maravillas arqueológicas, o nuestros bellos paisajes ¿No es cierto?
- ¡Oh, no! En realidad vengo por turismo gastronómico. Soy un gourmet, como usted sin duda sabe, y vengo a probar todo lo que pueda del Perú…
Por alguna razón, el Dr. Lecter, lograba siempre llevar la conversación hacia el tema de la comida, y con un tono que me hacía pensar que lo suyo no era precisamente la comida vegetariana. En eso llegó el mozo con un plato.
- Aquí tiene lo que pidió, Doctor. Unos ricos anticuchos de puro corazón, jugositos, término casi crudo…
Aquí sí me convenció de lo suyo era en verdad turismo gastronómico. Los ojos muy abiertos, y ese rostro de felicidad al ver los anticuchos, denotaban a alguien que se alegraba verdaderamente al llegar el plato.
- Maravilloso… En realidad es un corazón ensartado en una estaca… Es usted un mozo muy atento, igual que el que me atendió ayer, mis felicitaciones…
- Gracias, y a propósito, ¿Qué habrá pasado con el mozo de ayer? – inquirió el mozo – Salió ayer con usted y ya no regresó hoy…
- No se preocupe, ayer tuvimos una larga conversación y se irá conmigo… Salvo, claro, lo que pueda digerir de él hasta el vuelo…
Esta última frase me decidió a despedirme antes de que al Doctor Lecter se le ocurra convertirme en parte del menú como postre o como bocadito para el camino. Pero al menos me debía despedir.
- Ha sido un gusto, quiero decir, un placer, haberlo conocido Doctor Lecter… Espero que lo pase bien durante el resto de su visita a mi país…
- Yo también lo espero… Su país es muy hospitalario, esta noche estoy invitado a una ceremonia, creo que me quieren nombrar pishtaco honorario, o algo así… Entiendo que es ese un gran honor aquí… ¿Me haría el honor de acompañarme?
- Lo siento, Doctor, créame que justo hoy tengo otros compromisos… Adiós…
No sé por qué, pero al salir me dieron ganas de comerme una hamburguesa cruda, y al llegar al McDonalds más cercano vi a algunas guapas chicas que se veían muy ricas, y daban ganas de comérselas…