En el bosque, los árboles conversan entre
ellos con el sonido susurrante de sus hojas entre las ramas. Siempre en las
tardes de brisa tienen algo que decir, noticias que contarse. Hoy hablan de los
leñadores que han sido vistos en los linderos.
- Pronto llegarán aquí y se llevarán a los
mejores de nosotros, como lo hacen cada cierto tiempo- dice un árbol de tronco
arrugado.
- Traen la muerte, nos cortan desde la
raíz y se llevan los cuerpos, nos queman para extraer el calor de nuestros
cadáveres - dice amargamente un árbol alto y recto.
- No es solamente eso - le responde un
árbol que ha vivido ya incontables inviernos - otros son convertidos en canoas
o mesas, en postes o puertas.
- La muerte es terrible, sin duda, pero
obtendremos una nueva vida en el mundo de los hombres, en sus viviendas, en sus
herramientas, en sus caminos.- Dice a su vez un árbol de tronco ancho.
- Hay aún un destino honorable -
interviene el árbol soñador - algunos de nosotros nos convertiremos en papel, y
seremos los mensajeros de los pensamientos humanos.
- ¡Ja! ¡Papeles marrones para envolver paquetes!
- No, hojas de papel, en las que los
hombres escriben sus palabras y se convierten en una voz que habla a la mente.
- ¿Hojas? ¡Nombre pervertido! No se
parecen a nuestras hojas vivas, de verdes colores, las hojas de los hombres son
pálidas y delgadas, incapaces de transportar savia.
- Pero las hojas de los hombres no se
marchitan, permanecen largo tiempo contando historias con su voz silenciosa.
- ¿Qué tipo de historias pueden contar los
hombres que necesiten conservarse, si su voz es escandalosa y malsonante?
- Hay libros con poesías hermosas,
historias maravillosas, ilustraciones coloridas.
- Pero el hombre también usa los papeles
para hacer pasquines llenos de mentiras y calumnias, amenazas y bajezas.
- Así como todas las obras humanas, pueden
ser utilizadas para lo bueno y para lo malo. Las hojas de papel pueden recibir
palabras de ánimo e insultos groseros, las primeras palabras de un niño y la
última voluntad de un anciano.
- Un poema, la lista de la lavandería, el
final es el mismo, olvidado, tirado a la basura. ¿Crees que así conseguirás la
eternidad?
- No es cierto, cuando lo escrito vale
pena, los libros son conservados en bibliotecas, los mensajes son atesorados
por los amantes, eso es la eternidad. Y si no es así, al menos algo de mí se
convertirá en pensamiento.
- Aun así, no podemos elegir lo que será
escrito en un papel, como no podemos decidir a quién escriba en él.
- No puede ser así, es imposible que en un
pedazo de papel no quede nada del árbol de donde salió, la vida es tanto
espíritu como materia. Mi alma trascenderá e inspirará al hombre desde el papel
en el que me tornaré. Seré la esquela de un enamorado, el dibujo de un niño, el
bosquejo de una nueva vida.
- ¿Y qué puede inspirar un alma como la
tuya, árbol soñador?
- Mi historia, la historia de este bosque,
los sentimientos que guardamos los árboles del bosque, el entendimiento de
nuestra historia…
- Bellas esperanzas, pero son solo eso,
esperanzas que tal vez no se cumplan.
Al caer la tarde el viento deja de mover
las ramas y los árboles quedan en silencio, Los leñadores no han llegado hoy,
pero llegarán cualquier día a llevarse a todos: al árbol viejo, al de corteza
roja, al árbol soñador.
-
¿Qué escribes en ese
pedazo de papel?
-
No sé, algo que se me
ocurrió de repente...