Era una noche clara y sin nubes. Un tonto, un estúpido y un soñador salieron a pasear al bosque.
El tonto vio la luna llena reflejada en un charco y quedó maravillado creyendo que tenía a la luna al alcance de su mano.
Cuando el estúpido la vio, pateó el agua, sintiéndose poderoso al creer que había derrotado a la luna.
El soñador, al desaparecer el charco, levantó la mirada y vio la luna, hermosa y brillante en el cielo. Siguió caminando sin apartar la mirada hasta que resbaló en otro charco, se cayó y arruinó toda su ropa.
El estúpido se rió al verlo, el tonto se quedó pensando si había valido la pena, y el soñador se levantó y se fue pensando si esta historia tenía alguna moraleja.
No la veo. Un beso
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