sábado, 30 de agosto de 2008

Los vergonzosos comienzos

- ¿Qué es esa música que estas escuchando?
- No sé… Solo he encendido la radio…
Así comienza una de las largas charlas sobre música con el Loco Beatle, quien presume de saber más de música que nadie. Ya el otro día me salió con unas bandas de los 70s que yo no conocía ni en pelea de perros, y me manifestó su profundo desprecio por alguien que ni siquiera gusta de Frank Zappa.
- A ver… te voy a mostrar que los cantantes de ahora cuando empezaron eran unos (XXXX)!
- Eso de los comienzos de Britney Spears y de Ricky Martin ya los conozco -
dije con aires de triunfo.
- No me refiero a esos, pues, que esos no cantaban antes, no cantan ahora ni van a cantar en su (XXXX) vida…
Mi amigo es (y siempre se lo digo) como la Flor de la Canela, porque anda derramando lisura.
- Yo te hablo de otros comienzos que no se conocen mucho… ¿Escuchas a Juanes?
- Ehhh…
- Pues antes de hacer ese pop mezclado con cumbia tenía un grupo de rock tipo grunge… se llamaba "Ekhimosis"...

- Pues te diré que no lo imagino sin camisa negra…
- ¿Y Maná? También ellos cantaban rock en inglés, se llamaban "Green Hat", después se cambiaron a “Sombrero Verde”, antes de dárselas de roqueros con sacarina…


- Pobres los alternativos…
- Así es… Hablando de alternativos, te puedo mostrar el primer disco de Alanis Morrissette, cuando era una niña que quería parecerse a Debbie Gibson o Tiffany (¿No las conoces? De lo que te has salvado!)
- Ahí sí me agarraste…

- Y la peor de todas… ¡Alejandro Sanz! Su primer disco lo grabó bajo el nombre de Alejandro Magno, y el disco se llamaba… “Los chulos son pa’ cuidarlos”
- Pucha, cómo se parece a Pablito Ruiz…

Voy a investigar el tema, creo, no vaya a ser que Sui Generis empezó cantando boleros o que… ¡Noooo!,


Christina y los Subterráneos empezó con una canción llamada “Hago Chas y Aparezco a tu Lado”!!

domingo, 24 de agosto de 2008

Intermedio musical 3

Esta es una canción de Silvio Rodriguez que algún día tenía que poner por aquí.





Ojalá que las hojas no te toquen el cuerpo cuando caigan
para que no las puedas convertir en cristal.
Ojalá que la lluvia deje de ser milagro que baja por tu cuerpo.
Ojalá que la luna pueda salir sin tí.
Ojalá que la tierra no te bese los pasos.

Ojalá se te acabé la mirada constante,
la palabra precisa, la sonrisa perfecta.
Ojalá pase algo que te borre de pronto:
una luz cegadora, un disparo de nieve.
Ojalá por lo menos que me lleve la muerte,
para no verte tanto, para no verte siempre
en todos los segundos, en todas las visiones

ojalá que no pueda tocarte ni en canciones
Ojalá que la aurora no dé gritos que caigan en mi espalda.
Ojalá que tu nombre se le olvide a esa voz.
Ojalá las paredes no retengan tu ruido de camino cansado.
Ojalá que el deseo se vaya tras de tí,
a tu viejo gobierno de difuntos y flores.

Ojalá se te acabé la mirada constante,
la palabra precisa, la sonrisa perfecta.
Ojalá pase algo que te borre de pronto:
una luz cegadora, un disparo de nieve.
Ojalá por lo menos que me lleve la muerte,
para no verte tanto, para no verte siempre
en todos los segundos, en todas las visiones...

sábado, 16 de agosto de 2008

Un Tonto contra el Nintendo



Hace años, cuando mis hermanos y yo teníamos nuestra primera computadora, esta estaba siempre encendida, por motivos de tareas, instalando programas o simplemente jugando. Tanto tiempo estaba encendida que a mi papá le interesó el tema y me pidió que le enseñe a manejarla. Por una razón u otra, siempre evadíamos en tema. Es que es incómodo enseñarle esas cosas a tu propio padre. Hasta que un día se puso decidido, y un día en que me encontró en plena sesión de pac-man me dijo: ¿En vez de estar jugando, por qué no me enseñas a usar la computadora?
No había escapatoria, así que le enseñé lo que se estilaba enseñar en esos tiempos (eran las épocas gloriosas del DOS): Cómo se colocaba el diskette, como se iniciaban los programas, cómo se copiaban archivos, cómo se borraban archivos y cómo se formateaba un disco. Al final de una hora de lección, le pregunté: ¿Y? ¿Has entendido?
¡Si! Fue la clara respuesta – ¡Ahora enséñame a usar la computadora!

Felizmente, ahora ya se puede defender medianamente con el Windows y el Microsoft Word, pero siempre me quedó la idea de que la brecha generacional es tan profunda que separa inevitablemente a los padres de los hijos cuando hay una computadora de por medio.
Por esta razón, siempre he tratado de mantenerme actualizado en lo que se refiere a los programas, y si bien he renunciado a aprender el lenguaje Visual Basic y el Dreamweaver, me puedo manejar con discos virtuales, con este blog, con el Messenger y con algunas cosas más, que me permitían pensar en que la brecha generacional no me pillaría desprevenido. Esto fue hasta la semana pasada.

Este fin de semana vinieron a visitarme mis sobrinos, y uno de ellos me presentó su nuevo Nintendo DS, el que es la nueva forma en que los niños se pueden dedicar a otra cosa mientras sus padres los llevan a cualquier sitio.
- ¡Mira tío, te voy a enseñar mi Nintendo!
- A ver… ¿Que juegos tiene?
- Tiene Zelda, Mario Kart, Mario Olympics…
- ¿No tiene Pac-Man?
- ¿Qué cosa?
- Ehhh… ¿Tiene algo que yo sepa jugar?
- Creo que tiene un Sudoku… ¡Pero ese es un juego para mayores!
- Entonces enséñame a jugar uno de tus juegos
(Aunque sería mejor si me dices cómo se inicia el juego del Sudoku)
- Mira, tienes que indicar aquí para que empiece el juego, con el lápiz apuntas, y disparas así…
- ¿Qué toco qué? ¿Apunto cómo? ¿Disparo cómo?
Lógicamente, mi sobrino se cansó luego de un rato, después de mirarme con esa misma cara con que yo miraba a mi papá muchos años antes, y que quiere decir algo así como “Creo que estás un poco viejo para estas cosas”.

De repente, yo mismo me siento viejo, y la brecha generacional que había estado tratando tanto tiempo de evitar me ha alcanzado por fin. Yo mismo creo que me veo un poco ridículo jugando al Sudoku en un Nintendo DS.
Y aún falta lo peor.
- Ven, Tío, te voy a enseñar a jugar el Guitar Hero…
Auxilio.

domingo, 10 de agosto de 2008

Mas Preguntas Tontas



Hace un tiempo escribi un post sobre las preguntas que hace un tonto. Después me dí cuenta de que ni siquiera soy un tonto original, encontrando en otros blogs más preguntas tontas. Estas las he sacado del blog en http://aniramita.wordpress.com/. La flojera me hace hoy compartirlas:


1º ¿Por qué el pan de molde es cuadrado, si el choped, salami, mortadela… son redondos, ¿Quién tiene la culpa de esto, los tranchetes?

2º ¿Por qué cuando te duele una herida, siempre llega alguien que te dice: te duele? Eso es que se está curando… que me imagino a Jesucristo con los clavos, y la virgen: ¿Te duele? Fenomenal!! En tres días vas a estar como nuevo…

3º ¿Por qué en las pelis de miedo siempre aparece una puerta cerrada de la que sale mucha luz por la rendijas, qué hacen los espíritus ahí detrás, fotocopias???!!

4º ¿Por qué cuando yo compré el piso no me dieron la canica que tienen los demás vecinos (pero todos) y que se les cae o la echan a rodar a partir de las doce de la noche?

5º ¿Por qué en las iglesias ponen pararrayos?, no las protege dios? Un poquito de confianza, no??

6º ¿Por qué cuando llegamos a lo alto de una montaña nos ponemos las manos en las caderas?

7º ¿Por qué abrimos la boca cada vez que miramos al techo?

8º ¿Por qué nos da por ir a la nevera cada cuarto de hora si siempre hay lo mismo?

9º ¿Por qué si nunca usamos las páginas amarillas, cuando las ves en el portal te pones
contentísimo y, de hecho, piensas en cogerlas todas?

10º ¿Por qué cuando nos sonamos los mocos abrimos el pañuelo y miramos lo que hemos echado? ¿Qué esperamos encontrar? ¿Berberechos???

11º ¿Por qué cuando nos cuelgan el teléfono nos quedamos mirándolo como si el teléfono tuviera la culpa?

12º ¿Por qué cuando nos llaman al móvil sentimos la necesidad irrefrenable de ponernos a andar de un lado a otro?

13º ¿Por qué cuando estamos en un lugar alto nos obsesionamos con ver nuestra casa, ‘mira, mira ahí, al lado del edificio rojo….’

14º ¿Por qué cuando echamos una carta al buzón no podemos evitar mirar por la ranura e investigar qué hay dentro, qué esperamos encontrar? Un cartero enano?

15º ¿Y por qué abrimos los ojos cuando estamos a oscuras? ¿qué creemos, que tenemos superpoderes??

16º ¿Por qué nos da tanta vergüenza quedarnos en calcetines cuando vamosa una zapatería? ¿Por qué en cuanto nos traen el calzado que hemos pedido nos lo ponemos a toda leche?

17º ¿Por qué hay tanta gente que cuando come un helado de cucurucho, a la mitad, muerden el piquito de abajo, no saben que por ahí les va a chorrear???!!

18º ¿Por qué nos hace tanta gracia que se nos quede la marca del reloj cuando nos ponemos morenos en verano que en cuanto lo vemos se lo decimos al de al lado, ‘mira, se me ha quedado la marca, parece que llevo reloj, pero no’

19º ¿Por qué cuando un aparato eléctrico no funciona no se nos ocurre otra cosa que apretar con más fuerza el botón de encendido??!!

20º ¿Por qué cuando alguien se va a poner gotitas en los ojos abre la boca de esa manera tan extraña? ¡es colirio, no tequila!!!!

21º ¿Por qué cuando cogemos una caja de medicamentos, por muchas vueltas que le demos, siempre la abrimos por el lado que no es y aparece el prospecto, ahí, doblado?

22º ¿Por qué cuando vas de viaje te sientes culpable si no visitas los museos?

23º ¿Por qué cuando nos enfadamos nos cruzamos de brazos? ¿Qué ganamos con ello?

24º ¿Y por qué cuando tenemos miedo nos metemos debajo de las sábanas? ¿Creemos que un cuchillo no las atraviesa?

25º ¿Por qué has mirado al techo al leer la séptima pregunta?

sábado, 2 de agosto de 2008

El alcalde

El alcalde de Opatambo, Jilbert Cusicusi, en esos meses que preceden a las elecciones, se encontraba a la búsqueda de algo más qué inaugurar. Ya había inaugurado la "Remodelación Integral de la Plaza Mayor", pomposo nombre para la colocación de nuevas losetas en la glorieta de la plaza; también había inaugurado la "Puesta en Valor de los Restos Arqueológicos de la Huaca Opatambo", que consistía únicamente en un enmallado alrededor de la citada huaca (convertida a la sazón en un cerro de tierra informe) y una placa conmemorativa con su nombre, para el "Futuro Museo de Sitio", que ya estaba prometiendo para su próximo periodo en la alcaldía. Se encontraba, pues, cavilando sobre si sería conveniente reinaugurar la caseta de peaje en el camino de tierra que llevaba a la capital de la provincia, cuando apareció Digno Palpán, quien le servía de asistente en la alcaldía, mensajero, chofer, y además se daba tiempo para limpiar la casa del alcalde. Jilber decidió que Digno debería hacerse cargo de tener las ideas que a él le faltaban.

- Digno, necesito una obra qué inaugurar para esta semana, y dile a Margarito, el de la cerrajería, que me vaya preparando la placa!
- Don Jilber, ¿Pero qué vamos a inagurar?
- ¡De eso es lo que te vas a encargar tú! ¡Anda y busca algo! ¡Yo no puedo ser el único que piensa aquí! ¡Además, ya te dije que no me digas Don Jilber! Tú me tienes que llamar Doctor...
- Ya voy, Doctor Don Jilber...

Digno era realmente eficiente en su cargo. Era por eso que continuaba al lado del alcalde. Por eso y porque carecía de la ambición que había separado al Teniente Alcalde y a los demás regidores del lado del Doctor Don Jilbert. Además, tenía la facultad de conformarse con un cuarto en la casa del alcalde y un almuerzo diario en la alcaldía como único sueldo. Todo esto lo hacía insustituible.
En efecto, en la tarde ya Digno tenía una idea de algo que el alcalde podía inaugurar.

- Don Doctor Gilber... He estado en la cancha y ya tengo una idea de lo que puede hacer...
- ¿En la cancha? Querrás decir en el "Estadio Municipal Gilbert Cusicusi"... ¡Seguro que has ido nomás para tomar cerveza con los que juegan allí...!
- He tomado un poquito nomás, Don Doctor... Pero allá podemos hacer una inauguración...
- ¡El estadio lo he inaugurado hace cuatro meses, no puedo remodelarlo en tan poco tiempo!
- No el estadio, lo que se necesita es una enfermería allí... Hay que poner un cuarto con camillas, un enfermero, las cosas que usan los médicos, como en la posta...
- ¿Qué te crees, que la plata de la alcaldía es tuya? Con un botiquín y una camilla tenemos.... ¡El Tópico de Primeros Auxilios Deportivos del Estadio Municipal Gilbert Cusicusi! ¡Encárgate, Digno, del equipo del tópico, y no te olvides de la placa!
- Pero necesito plata para comprar el botiquín, y además el de las placas ya no quiere trabajar si no le pagan...
- ¡Ya te he dicho varias veces que de la plata me encargaré yo después! ¡Tu encárgate de que las cosas se hagan!

El encontrar una obra para inaugurar era solo la primera de las preocupaciones del alcalde. Ahora tenía que encontrar la forma de inaugurarla, de alguna manera que los habitantes recordaran hasta el día de las elecciones, y que hiciera olvidar el chasco de las losetas de la glorieta, que se quebraron todas con el baile de la inauguración.
- ¡Ya está...! ¡Un partido de fútbol con el equipo de Cocachacra!

La inauguración se organizó según lo planeado: Se anunció "El Clásico provincial entre los equipos del "Deportivo Opatambo" y "Los Diablos Rojos de Cocachacra"; se mandó reparar los arcos de la cancha, y se equipó el tópico con una camilla hecha de palos de escoba y una frazada, además del préstamo del botiquín de la camioneta del alcalde. El problema de la placa fue resuelto con unas cervezas invitadas el día anterior al dueño del negocio.

El día de la inauguración, el sol invitaba al consumo de cerveza, que el alcalde repartió a sus allegados y a quienes consideraba que no tenían aún decidio su voto. El partido transcurrió sin incidentes durante el primer tiempo. El resultado de empate a uno no era lo que preocupaba al alcalde, lo que le preocupaba era precisamente la falta de incidentes. ¡Estos maricas no me van a dejar sin la inauguración! se le escuchó decir al dirigirse a la banca del equipo de Opatambo.

- ¡Qué m... se han creído ustedes! ¡El ultimo partido les han metido tres goles, yo se los traigo acá para vengarnos y ustedes se dejan empatar jugando como mujercitas! ¡Pu..., que ahorita me pongo una camiseta y me voy a sacarles su mugre a esos chontriles! ¡Ya saben, en el segundo tiempo quiero que se bajen a tres por lo menos!

Acto seguido, fue a la banca de Cocachacra.
- ¡Oigan, hijos de ...., ya les dije a los de mi equipo que les saquen su m..., porque en el partido anterior nos ganaron por culpa del árbitro, y yo las cosas las arreglo como los machos, así que... ya saben!

Al empezar el segundo tiempo, ya los ánimos estaban caldeados y no pasaron muchos minutos antes de que un artero foul dejara a un jugador de Cocachacra retorciéndose de dolor al costado del campo. Fue la ocasión de estrenar la camilla. Digno y otro asistente cargaron al jugador herido hasta la puerta del tópico, donde el alcalde los detuvo.
- Señoras y señores que me acompañan en esta trascendental ocasión: Después de largo tiempo, puedo al fin cumplir uno de los más caros anhelos desde que asumí el cargo de alcalde: Dotar al Estadio Municipal de un Tópico de Primeros Auxilios, que se había convertido en un clamor popular. De este modo puedo cumplir con lo que ofrecí en mi campaña. Sepan ustedes que yo soy una persona que cumple con obras, y que seguuiré cumpliendo si es que me apoyan en la próximas elecciones. Declaro con esta emotiva ceremonia inaugurado el "Tópico de Primeros Auxilios Deportivos del Estadio Municipal Gilbert Cusicusi". ¡Arriba Opatambo! ¡Mueran los de Cocachacra...! Gracias, pueblo sacrificado y combativo... Ya pueden hacer pasar al herido...

El resto del partido, al fin, fue como don Glbert esperaba. Hubo otros cinco lesionados, la camilla resultó insuficiente y hubo que comprar más algodón, gasa y curitas para los lesionados de ambos bandos, incluyendo al alcalde de Cocachacra, alcanzado por un certero cabezazo de su homólogo de Opatambo. La fiesta se prolongó hasta la noche y la gente salió contenta por la cerveza y el espectáculo, comentando lo necesario que había resultado el tópico.

El alcalde, a pesar de salir cojeando por la patada que le dió como respuesta el alcalde de Cocachacra, pudo dormir tranquilo esa noche, pensando en el importante paso que había dado ese día en sus aspiraciones reeleccionarias. El sueño de la casa en la capital de la provincia le parecía más cercano, al igual que la terminación del segundo piso en la casa en su pueblo.

- ¡Y esos imbéciles de la oposición creen que es fácil ser alcalde!
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