domingo, 27 de octubre de 2019

Leyendas peruanas: Criaturas fantásticas


En esta época de Halloween, las personas piensan en brujas, zombis y vampiros, olvidando las criaturas que tenemos en el Perú. La razón, creo yo, es que el Halloween es un evento festivo, y en realidad nos burlamos de los monstruos, ya que solamente los hemos visto en películas extranjeras. Nuestros monstruos, en cambio, si nos causan miedo, porque son historias que hemos escuchado de nuestros abuelos, o en mi caso, tenemos testimonios de primera mano e incluso hemos vivido algunas de ellas. Para peruanizar este día, y como aporte para la mitología del terror, paso revista a algunas de las criaturas fantásticas que habitan mi tierra:

Los duendes: Estas criaturas aquí son un poco diferentes a los que nos cuentan las historias europeas. No son habitantes de los bosques, sino de los cerros, y como tales, tienen el color de la tierra, por lo que es muy difícil encontrarlos. Algunos dicen que son las almas de los niños que han muerto sin haber sido bautizados, y por eso buscan llevarse a los bebés e incluso a los niños pequeños para convertirlos también en duendes. Es por eso que no se debe dejar a los niños solos, dicen en los pueblos. Los duendes también gustan de tomar pequeños utensilios de las casas. Alguna vez me contó un amigo del duende que vivía en su casa y que siempre movía tijeras y herramientas de sitio, por lo que no era raro encontrarlas en rincones y hasta dentro del refrigerador.

El Muqui: Este es un tipo especial de duende, que vive en las minas, protegiendo los minerales que hay dentro de las montañas. También se le llama Chinchilico en el sur del país. Los mineros que han logrado ver a estos duendes, los describen como un ser de estatura pequeña, vestido con overol, casco y linterna de minero. En un sitio en el que trabajé, me contaban que uno de los trabajadores se separó del grupo y no sabía dónde estaba, cuando vio lo que creyó que era uno de sus compañeros llamándolo. Lo siguió por la voz y la luz de su linterna, aunque no lo podía ver. Cuando la cuadrilla que lo buscaba lo encontró, se encontraba muy profundo, el obrero les explicó que creía que uno de sus compañeros lo llamaba hasta que le dijeron que en ese sector no había nadie y al iluminar el piso encontraron las pequeñas huellas del Muqui. Allí fue cuando le dijeron que estos duendes llevan a los obreros a los sitios más profundos, donde mueren de asfixia. Algunos cuentan historias de gente que lo ha encontrado, lo ha aprisionado y castigado con correas hasta que el Muqui ofrece riquezas a cambio de su vida.

El Pishtaco: Un amigo me contó una vez que perdió el rumbo en los caminos andinos, hasta que encontró a otro caminante, quien le ofreció su casa para descansar un poco, ya que se hacía tarde. Al llegar le sorprendió encontrar la casa llena de machetes y cuchillos. Un viajante que pasó poco después le saludó: “¡Hola, Pishtaco!”. Mi amigo inmediatamente se disculpó con su anfitrión, y emprendió camino a toda prisa, olvidado el cansancio. Es que el Pishtaco mata personas para extraerles la grasa corporal, que después vende. Una de las teorías conspirativas que se cuenta en el Perú, es que en la Segunda Guerra Mundial, los norteamericanos tenían escasez de lubricantes para sus armas, y enviaron personas a nuestro país para obtener grasa humana, la cual tiene buenas propiedades. Por eso hasta hoy se dice que los Pishtacos tienen aspecto de extranjeros.

El Jarjacha: En los pueblos más aislados, o en casas solitarias de las montañas, no es raro saber de relaciones incestuosas. Pero este pecado conlleva un castigo horrible. El culpable se convierte en un ser con rasgos de llama o alpaca, con dos cabezas, que paraliza a la gente para matarla y comer su cerebro, a cambio de salvar su propia alma.

El Antimonio: En el Perú hay muchos vestigios prehispánicos, llamados aquí “huacas”, que son tumbas de personajes que fueron enterrados con sus tesoros. Estos sitios son guardados por los espíritus de sus muertos, que a veces se manifiestan como una llamarada que sale de las Huacas. Este es el antimonio, que mata a los que quieren desenterrar los tesoros, volviéndolos locos u ocasionándoles ataques mortales al corazón. Para poder sacar los tesoros se debe hacer un ritual con comida, que pueden ser habas, pallares o maíz fermentado. Entonces se verá su sombra comiendo los alimentos y es cuando el “huaquero” aprovecha para cavar y extraer el oro enterrado.

Estos son las historias que tengo de primera mano. Otras he sabido por libros u otras fuentes, y que pueden encontrarse en internet. No tenemos en el Perú que buscar en otros sitios para encontrar monstruos y criaturas fantásticas.

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