lunes, 5 de mayo de 2025

Fábula tonta


Era una noche clara y sin nubes. Un tonto, un estúpido y un soñador salieron a pasear al bosque. 
El tonto vio la luna llena reflejada en un charco y quedó maravillado creyendo que tenía a la luna al alcance de su mano. 
Cuando el estúpido la vio, pateó el agua, sintiéndose poderoso al creer que había derrotado a la luna. 
El soñador, al desaparecer el charco, levantó la mirada y vio la luna, hermosa y brillante en el cielo. Siguió caminando sin apartar la mirada hasta que resbaló en otro charco, se cayó y arruinó toda su ropa. 
El estúpido se rió al verlo, el tonto se quedó pensando si había valido la pena, y el soñador se levantó y se fue pensando si esta historia tenía alguna moraleja.

lunes, 21 de abril de 2025

Frases twitteables 70


  • Debe ser hermoso estar con alguien que olvide que tiene el celular mientras está contigo. 
  • Solo recuerda que una de las pocas cosas en las que Dios y el diablo están de acuerdo, es en la necesidad de la justicia, en que el justo debe ser premiado y el injusto debe ser castigado. 
  • En una versión alterna, Beatriz le dice a Dante: “No me importa por donde tuviste que pasar para venir aquí, regresa por donde viniste, no me interesas”. 
  • Todavía estoy buscando a alguien con quién abandonar todo cinismo y perder al fin el miedo de ser cursi. 
  • Un día, ella me dijo: “Esto ya no funciona”. Yo le respondí que ya lo sabía, le deseé suerte, ten una buena vida. Ella, furiosa, se fue y no la volví a ver. ¿Cómo iba yo a saber que era de su celular de lo que hablaba? 
  • La importancia de los detalles: la sonrisa de la Mona Lisa ocupa menos del 2% del cuadro. 
  • Lecciones aprendidas del 2024: esperar que las cosas no salgan tan mal como creías al principio no te hace un optimista. 
  • Mucha gente no lo sabe, pero el cerebro, el corazón y la lengua hablan idiomas diferentes. Por eso, cuando uno trata de decir lo que piensa o siente, hay mucho que se pierde en la traducción. 
  • ¿Eres persona de perros o de gatos? - A veces necesito salir al parque a aullarle a la luna, y eso solo puedo hacerlo con mi perro. 
  • Buscando la luz al final del túnel, me encontré con varios que caminaban en sentido contrario, en busca de la luz que yo iba dejando atrás. 
  • Que el 2025 sea el año en que se invente el anti-flitro: el filtro que quite los filtros de las fotos, que quite los maquillajes y los retoques, que nos permita ver a las personas como realmente son. 
  • ¿Alguna vez han pensado cuántos terapeutas se irían a la quiebra si todos tuviéramos amigos a quien contar nuestros problemas? 
  • Si Mahoma no va a la montaña, la montaña irá a Mahoma. - Menos mal que Mahoma aceptó ir a la playa, sino hubiéramos tenido un tsunami. 
  • Shakespeare: ¿Ser o no ser? - Peruano: ¿Eres o te haces? 
  • Qué buena la labor de edición que hizo mi cerebro con mis recuerdos. Quitó las partes tristes, le dió más luminosidad a las partes buenas, y le puso un buen soundtrack a las partes emocionantes. 
  • Se me hace que esos que ponen frases del tipo “Gracias vida por los golpes, que me enseñaron a crecer”, tienen relaciones tóxicas con su pareja. 
  • A estas alturas del año, muchos ya olvidaron las lecciones que les dejó el 2024. 
  • Toda autobiografía está atada irremediablemente al momento en el que se escribe. Por eso te pido que esperes un poco antes de contarte mi vida. 
  • En los videojuegos, el jefe es el más difícil de vencer, el más diestro y hábil, casi invencible. Ojalá fuera así en la vida real. 
  • Denunciemos a la conspiración internacional que nos quiere hacer creer que un clavo saca a otro clavo.
  • Voy a una primera cita con una guitarra, una batería y un ábaco. Ella quiere a alguien que vibre alto, que traiga buena energía, y a alguien que sume. 
  • Las estrellas están a una distancia enorme, lejos de la codicia humana, y no les importa que los humanos digan que quieren alcanzarlas y regalarlas. 
  • No me imagino a Jesús tratando de convencer a la gente como lo hacen hoy quienes quieren dicen seguirlo. No lo imagino tocando de puerta en puerta, ni con un megáfono en un lugar público, ni siquiera con una biblia gastada en la mano. 
  • Imagina ser un ave migratoria, irse al otro hemisferio a pasar el invierno, y al regresar encontrar que los humanos han destruido tu hogar para hacer un centro comercial. 
  • El escritor presentó un manual para ser malvado. La editorial pensó que tendría problemas para venderlo, así que le cambió de nombre y hoy lo promociona como una receta para el éxito.

jueves, 10 de abril de 2025

El Cuerpo


El corazón y el cerebro empezaron a discutir, y no lograron ponerse de acuerdo, así que llamaron al hígado y a los ojos para mediar, sin obtener resultados. Al debate se unieron el estómago, el tacto, la sangre y los labios, aumentando el desconcierto. El olfato, la bilis y los pulmones también dieron su opinión. Incluso el páncreas intervino, cuando ya los ánimos estaban caldeados, pero fue el riñón el primero que cedió a la violencia, iniciando la gresca de todos contra todos. 
El cuerpo entero, incapaz de soportar tanta disputa y agresiones mutuas, se dio por vencido y cayó, justo cuando la mano trataba de alcanzar el teléfono. 
El médico sentenció una falla general, pero los amigos más íntimos sabían la verdad, y así lo dijeron a la familia: aún hay gente que muere de amor.

jueves, 27 de marzo de 2025

El último en llegar


Aquí estoy, esperando el disparo que indica el inicio de la carrera. Entre tanta gente que quiere batir un récord, probar lo que dijo algún libro de autoayuda, o lograr un selfie que publicar, yo parezco ser uno de los pocos que solamente quiere divertirse. Incluso ahora, estoy a una buena distancia de la línea de largada, siempre llena de gente que quiere verse en las cámaras de televisión, o creen que mientras más cerca estén de la línea más ventaja tendrán sobre los otros corredores. 

Cuando suena el disparo, empiezo a correr a baja velocidad. Hay demasiado tumulto hacia adelante, y quiero librarme de los empujones, tropiezos, y caídas que son cada vez más comunes en este tipo de carrera. 

Como sé que no voy a llegar primero, decido que lo mejor es aprovechar para mirar el paisaje, disfrutar de esta hermosa mañana de domingo. Por eso elijo una posición que no esté tan llena de gente, sin que me importe llegar al pelotón de los líderes. Desde mi privilegiada posición veo alguno de los eventos que han pasado en la carrera. Alcanzo a ver a los médicos que están atendiendo a algunos corredores que han sido empujados o atropellados por esos corredores demasiado ansiosos de probar algo. También veo a los exhibicionistas: los que llevan algún disfraz mientras corren, los que corren acompañados de su perro, o incluso alguna mujer que lleva un carrito de bebé. 

Al ver a tantos corredores que me sobrepasan, debo aceptar el hecho de que no me he preparado adecuadamente para la carrera, que definitivamente no llegaré entre los primeros, ni siquiera entre los de la mitad. Pero esto tiene algunas ventajas. Puedo divertirme saludando a la gente, aceptando los vasos de agua que me ofrecen y escuchar sus gritos de ánimo. Ya que mi idea es disfrutar del viaje, trato, con poco éxito, de entablar alguna conversación con algún colega corredor. Es inútil, al parecer nadie quiere perder su valioso aliento conversando, nadie quiere perder la concentración y todos se alejan de mí tan rápido como pueden. 

Conforme sigue la carrera, veo más espaldas que se alejan de mí. No me importa, ni siquiera cuando me adelantan un ciego con su perro y un hombre en silla de ruedas. El último grupo de corredores ya es apenas visible a lo lejos y ya nadie me adelanta. Ahora tengo toda la pista para mi, como si yo fuera el único corredor. Los espectadores que llenaban la vereda ya se han ido casi todos, y los pocos que quedan tienen cara de aburrimiento. Un par de representantes de los organizadores me hacen señas para que me apure y que ellos puedan también terminar su jornada. Incluso un policía en su moto me informa que por mi culpa no pueden reabrir el tránsito vehicular en la calle. 

Mientras paso por los últimos tramos de la carrera, veo que ya están quitando las barreras que separaban al público de los corredores, ya no hay nadie que me invite un vaso de agua, y la calle se ve ahora como la de cualquier otro domingo. El cansancio me hace correr cada vez más lento y más que correr, estoy caminando, pero sigo avanzando. Por fin veo a lo lejos la meta, cuando un policía me indica que vaya por la vereda, pues ya reabrieron el tránsito en la avenida. 

Cuando llego a la línea de meta, ya todo está vacío, me he perdido la premiación a los ganadores, la celebración y hasta el reparto de recuerdos de los auspiciadores. Los estrados portátiles ya están a medio desarmar y arrumados a un costado esperando que llegue el camión que se los lleve. Descubro entonces que no me importa ser el último, ni que haya nadie para recibirme. Aún así, he vencido a todos los que abandonaron, a los que cayeron por agotamiento, y a los que se fueron discretamente por no pasar la vergüenza de ser el último. 
Hay cierta dignidad en ser el último, y no hacer caso a los que se burlaron, a los que quisieron que me rinda, a los que dijeron que esto no es para mi y que mejor me dedique a otras cosas. Es un triunfo muy personal el haber partido sin esperanzas, y haber terminado, aunque tan atrás de todos que muy pocos recuerdan siquiera haberme visto participar. He llegado, y por eso mismo, esta llegada tiene algo de victoria secreta, no hay más premio que el que yo mismo me asigne, y la recompensa será solo mía.

jueves, 13 de marzo de 2025

Lo que opina de mi la IA


Ahora todo el mundo habla de la Inteligencia Artificial, la gran novedad. Estoy tratando de usarla, pero los resultados no me gustan. He tratado de escribir las cartas que debo redactar en el trabajo usando la IA, pero el producto no me parece serio, más bien me deja esa impresión de haberla encargado al practicante recién llegado que no sabe nada, pero es muy hábil buscando datos de internet, esa impresión que tendría un profesor al revisar un trabajo de uno de sus alumnos, y se da cuenta de que es un plagio de otras fuentes, aunque no pueda identificar exactamente de donde salió. 

No voy a negar que he intentado más de una vez escribir un post para este blog usando la IA, con una orden que era más o menos así: “Escribe un relato sobre cómo un pequeño milagro, del que nadie pudo darse cuenta, cambió por completo mi vida, escrito de una manera tonta”. La IA me devolvió la historia de la Virgen de Fátima en forma de cuento infantil. Intentos posteriores de hacer la orden más específica no tuvieron mejor resultado, así que dejé el intento. 

Con todo, mostré a algunos compañeros de trabajo cómo funcionaba la IA y el asunto despertó interés. Como primera orden, la mayoría pidió a la IA que escriba su propia biografía. El resultado fue una lista de logros académicos, algunos datos al azar y poco más. Yo también hice el intento y el resultado me volvió a decepcionar. Cualquiera que no me conozca y haya leído esa biografía se hubiera formado la falsa impresión de que soy una persona respetable y seria. Afortunadamente, la IA ignora totalmente mi alter ego que escribe en este blog. Con todo, nueva derrota para la IA. 

Ya que la inteligencia artificial no quiere decirme lo tonto que soy, decidí hacer la prueba de ordenar que analice todos mis escritos en la red que antes era Twitter y ahora es una X cualquiera (Sí, para el que no sabe, también escribo tonterías breves en X, me buscan como @TontodelaColina, pasen por allí y luego regresen a agradecerme). Pasemos a los resultados: 

Primero, lo que dice la IA de X de mí, a través de un botón que crea una descripción de la cuenta generado por IA: “Un observador ingenioso de la naturaleza humana, con una inclinación por diseccionar las normas sociales a través del humor, que cree en el poder de la narración para revelar las ironías de la vida.” La filosofía de TontodelaColina es, entonces, una danza: irreverente pero reflexiva, que se burla del absurdo mientras anhela algo real. Es el tonto de la cima de la colina que se ríe del bullicio del valle, invitándonos a ver el chiste (y tal vez también el sentido)." 
Veredicto: Esta IA se ha dado cuenta de que soy yo el autor y quiere quedar bien conmigo. Con todo, el resultado quedó medio poético y tiene su gracia.

Ahora, hago que Copilot, la IA de Microsoft,  revise todo mi archivo de tweets y me diga qué opina de mi: "El autor parece tener una fascinación por la tontería y la simplicidad, utilizando estos temas como vehículos para explorar ideas más profundas. A menudo, sus escritos contienen juegos de palabras ingeniosos y referencias culturales que invitan al lector a reflexionar mientras se divierte. En resumen, el autor es una persona creativa y reflexiva que utiliza el humor y la ironía para ofrecer una visión única y entretenida del mundo que nos rodea." 
Veredicto: También complaciente y chistoso, aunque menos que con X.

La misma operación para saber lo que dice Gemini, la IA de Google, de mí: "El autor de este archivo es una persona que se describe a sí misma como tonta, pero que tiene una gran fe en los tontos. Se burla de la gente inteligente y de la sabiduría convencional. También es una persona muy creativa, como se evidencia en su capacidad para encontrar humor en situaciones cotidianas." 
Veredicto: ¡Te pillé, tramposo! Solo ha revisado algunas de las frases, las más antiguas, y de allí se cansó de revisar y sacó su veredicto. Por lo demás, semejante a los anteriores.

La conclusión que saqué es que la IA tiene miedo de decir algo malo de mí, que todos quieren congraciarse conmigo como si esperaran que les deje algo en mi testamento. Yo quería algo que me ayude a mejorar, algo como “Esto es un montón de tonterías sin sentido ni criterio, te recomiendo mejorar en tal cosa”, pero parece que estoy pidiendo demasiado.
Tal vez a la IA le falta tomarse un poco menos en serio, y reconocerse como una máquina tonta, como me lo ha demostrado en intentos más importantes que este. Tal vez la tontería es un atributo humano que la IA no puede emular. Ese es un sentimiento reconfortante, porque significa que aún hay espacio para mí en el mundo. 

Y para el resto del mundo, no se preocupen, seguirán viendo por aquí relatos 100% artesanales, a la antigua. Sea esto una buena o mala noticia, mi tontería es irreproducible e inimitable.

jueves, 27 de febrero de 2025

Mentiras y verdades



Créeme cuando digo que te estoy mintiendo, porque yo soy sincero hasta cuando no digo la verdad. La verdad está sobrevalorada, sobre todo en estos días, en que hay tantas verdades como gente que cuenta la historia. 

Ya no importa lo que pasó. Nadie dice la verdad, pero tampoco nadie miente, porque la verdad y la mentira son solo diferentes opiniones del mismo hecho. Al final, la verdad será la que diga el vencedor, sin importar si la verdad no tiene sentido y si la mentira es la versión más lógica. Y no es que ninguno de nosotros quiera mentir u ocultar la verdad, sino que cada uno de nosotros no cuenta lo que sucedió, sino lo que sintió en ese momento. No importan las pruebas ni los testigos, tu verdad será la verdad, y mi versión será la mentira. En la historia quedará registrado que esa noche fue de día, que la tristeza fue una fiesta, y que la ida fue un regreso. La verdad siempre triunfa, no por ser verdad, sino por ser lo que escribe quien venció.
 
Es por eso que hoy puedo mentir con tanta sinceridad, y es por eso que tú puedes decir esa verdad tan alejada de la realidad. Es por eso que tanto fue verdad cuando dijiste que siempre me quisiste, como cuando dijiste a todos que nunca fue así. Tal vez sean estos tiempos tan confusos, en donde las verdades caducan, y la verdad y la realidad han dejado de ser lo mismo. Algo hemos perdido desde el día en que dejamos que un poquito de mentira bastase para invalidar una verdad, y un poquito de verdad haga que una mentira se vuelva cierta. 

Añoro desde entonces los días en que nuestras verdades coincidían, y no necesitábamos discutir sobre qué parte de verdad correspondía a cada quien. Bastaba entonces que algo saliera de tus labios para convertirse en verdad, y que lo sepa el mundo, la mentira era simplemente lo que decían los demás. 
Por eso, ahora puedo decir, con toda sinceridad, que a nadie ha partido un rayo por haber mentido, y que la verdad no ha hecho libre a mucha gente. Demasiadas veces la verdad ha sido pérfidamente usada para dañar a otra persona, y que otras tantas una mentira ha sido usada para evitar un daño a otra persona. Tanta mentira hay en el mundo que la mejor forma de engañar a la gente es diciendo la verdad.

Algo aprendí desde entonces, y es que la verdad es la voz que clama en el desierto. Ya no me hace falta mentir en lo que digo, porque aunque diga siempre la verdad, la gente solo escuchará lo que quiere oír,  y al  escuchar la verdad, creerá que es solo otra de las mentiras a las que están acostumbrados.  

No hace falta que lo diga, pero aún así quiero decirte que no sé mentir, que aún en mis mentiras se trasluce mi sinceridad, y que te conozco tan bien que aunque mientas, lo que escucho es la verdad. 
Así que, como antes, que los demás se arreglen entre verdades y mentiras, tu y yo sabemos lo que pasó. 

Esa es la verdad.

jueves, 13 de febrero de 2025

Solo una copa de vino



Te invito una copa de vino. Sólo una, tal vez dos, pero no más. Con una sola copa de vino, los sentidos despiertan y un agradable calor invade el cuerpo. Te quiero cómoda, con esa pequeña alegría que da una sola copa de vino. Relajada, pero aún en control, quiero que me cuentes tu vida. Narrar una vida es diferente después de una copa de vino. Hay más detalles, los hechos son más que una sucesión de trabajos, mudanzas y listas de cosas que en realidad no importan. El vino da color a las anécdotas, y convierte una biografía en un recuento de emociones más que de hechos. 

Quiero brindar contigo con una copa de vino. Si así lo quieres, fingiremos que estamos celebrando. Celebremos cualquier cosa, celebremos que estamos aquí, que por fin atendiste a mi invitación, celebremos que hemos sobrevivido a todo lo que hemos pasado, celebremos al universo, al destino, a esa infinita cadena de casualidades que hizo que por fin nos sentemos en una misma mesa. 
Cuando tomes el primer sorbo quiero ver esa sonrisa que causa el primer cosquilleo de alcohol al pasar por tu garganta, y quiero que veas mi sonrisa al ver la tuya. Quiero tomar el primer sorbo mientras tú me miras, y disimular diciendo que el rubor de mi rostro se debe al vino. 
Mientras esperamos que el vino haga su efecto, hablaremos de cualquier cosa: del clima, del tráfico, del vino. Avísame si en estos primeros minutos se nota demasiado que quiero impresionarte, aunque lo más probable es que todo lo que diga sean tonterías para disimular mi timidez.

Con el calorcillo del vino, la conversación será cada vez más personal. Se acabarán los hechos intrascendentes y empezaremos realmente a conocernos. No tengo aún el derecho de conocer tus secretos, pero aceptaré lo que quieras compartir conmigo. Yo compartiré contigo todo lo que una copa de vino me permita compartir. Yo sabré si lo que te cuento te interesa, porque dejarás de mirar la copa de vino y empezarás a mirarme a mí. 
Una copa de vino no emborracha a nadie, ni siquiera dos, así que en cualquier momento serás libre de abandonar el lugar. No deberás buscar excusas ni más disculpa que la que se debe a la educación o a la amabilidad. No te culparé, pues para entonces es probable que ya haya visto en tus ojos tus deseos de no seguir. Cuando nuestras miradas ya no se encuentren, no hará falta más explicaciones. Volveremos al mutuo anonimato, sin más pérdida que dos copas de vino. 

Pero también podría ser que te abras y me cuentes durante una o dos copas de vino, lo que piensas y sientes, y que yo te cuente cómo es que todo lo que he vivido me ha preparado para esta noche, para este bar, y para ti. Quiero que durante dos copas de vino, seas feliz. Quiero que al llegar a tu casa después de esta cita pienses que esta ha sido una buena noche, que valió la pena aceptar al fin mi invitación, que se iluminen tus ojos al recordar nuestra conversación, y que el sabor de esa copa te acompañe mucho tiempo después de hoy. 

¿Y qué es lo que yo quiero? Yo quiero que esta copa de vino sea sólo la primera, y que el futuro nos depare más copas de vino, vasos de cerveza, tazas de café, cenas y desayunos en la cama. 
Pero primero debes aceptar solo una copa de vino.
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