Ahora todo el mundo habla de la Inteligencia Artificial, la gran novedad. Estoy tratando de usarla, pero los resultados no me gustan. He tratado de escribir las cartas que debo redactar en el trabajo usando la IA, pero el producto no me parece serio, más bien me deja esa impresión de haberla encargado al practicante recién llegado que no sabe nada, pero es muy hábil buscando datos de internet, esa impresión que tendría un profesor al revisar un trabajo de uno de sus alumnos, y se da cuenta de que es un plagio de otras fuentes, aunque no pueda identificar exactamente de donde salió.
No voy a negar que he intentado más de una vez escribir un post para este blog usando la IA, con una orden que era más o menos así: “Escribe un relato sobre cómo un pequeño milagro, del que nadie pudo darse cuenta, cambió por completo mi vida, escrito de una manera tonta”. La IA me devolvió la historia de la Virgen de Fátima en forma de cuento infantil. Intentos posteriores de hacer la orden más específica no tuvieron mejor resultado, así que dejé el intento.
Con todo, mostré a algunos compañeros de trabajo cómo funcionaba la IA y el asunto despertó interés. Como primera orden, la mayoría pidió a la IA que escriba su propia biografía. El resultado fue una lista de logros académicos, algunos datos al azar y poco más. Yo también hice el intento y el resultado me volvió a decepcionar. Cualquiera que no me conozca y haya leído esa biografía se hubiera formado la falsa impresión de que soy una persona respetable y seria. Afortunadamente, la IA ignora totalmente mi alter ego que escribe en este blog. Con todo, nueva derrota para la IA.
Ya que la inteligencia artificial no quiere decirme lo tonto que soy, decidí hacer la prueba de ordenar que analice todos mis escritos en la red que antes era Twitter y ahora es una X cualquiera (Sí, para el que no sabe, también escribo tonterías breves en X, me buscan como @TontodelaColina, pasen por allí y luego regresen a agradecerme). Pasemos a los resultados:
Primero, lo que dice la IA de X de mí, a través de un botón que crea una descripción de la cuenta generado por IA:
“Un observador ingenioso de la naturaleza humana, con una inclinación por diseccionar las normas sociales a través del humor, que cree en el poder de la narración para revelar las ironías de la vida.”
La filosofía de TontodelaColina es, entonces, una danza: irreverente pero reflexiva, que se burla del absurdo mientras anhela algo real. Es el tonto de la cima de la colina que se ríe del bullicio del valle, invitándonos a ver el chiste (y tal vez también el sentido)."
Veredicto: Esta IA se ha dado cuenta de que soy yo el autor y quiere quedar bien conmigo. Con todo, el resultado quedó medio poético y tiene su gracia.
Ahora, hago que Copilot, la IA de Microsoft, revise todo mi archivo de tweets y me diga qué opina de mi: "El autor parece tener una fascinación por la tontería y la simplicidad, utilizando estos temas como vehículos para explorar ideas más profundas. A menudo, sus escritos contienen juegos de palabras ingeniosos y referencias culturales que invitan al lector a reflexionar mientras se divierte. En resumen, el autor es una persona creativa y reflexiva que utiliza el humor y la ironía para ofrecer una visión única y entretenida del mundo que nos rodea."
Veredicto: También complaciente y chistoso, aunque menos que con X.
La misma operación para saber lo que dice Gemini, la IA de Google, de mí: "El autor de este archivo es una persona que se describe a sí misma como tonta, pero que tiene una gran fe en los tontos. Se burla de la gente inteligente y de la sabiduría convencional. También es una persona muy creativa, como se evidencia en su capacidad para encontrar humor en situaciones cotidianas."
Veredicto: ¡Te pillé, tramposo! Solo ha revisado algunas de las frases, las más antiguas, y de allí se cansó de revisar y sacó su veredicto. Por lo demás, semejante a los anteriores.
La conclusión que saqué es que la IA tiene miedo de decir algo malo de mí, que todos quieren congraciarse conmigo como si esperaran que les deje algo en mi testamento. Yo quería algo que me ayude a mejorar, algo como “Esto es un montón de tonterías sin sentido ni criterio, te recomiendo mejorar en tal cosa”, pero parece que estoy pidiendo demasiado.
Tal vez a la IA le falta tomarse un poco menos en serio, y reconocerse como una máquina tonta, como me lo ha demostrado en intentos más importantes que este. Tal vez la tontería es un atributo humano que la IA no puede emular. Ese es un sentimiento reconfortante, porque significa que aún hay espacio para mí en el mundo.
Y para el resto del mundo, no se preocupen, seguirán viendo por aquí relatos 100% artesanales, a la antigua. Sea esto una buena o mala noticia, mi tontería es irreproducible e inimitable.