Hace mucho tiempo
que no publico un post de recortes propios. Es que cuando lo hago, es signo de
que la inspiración empieza a flaquear y tengo que llenar el espacio con algo,
para llegar a la conclusión de que yo soy el único a quien puedo plagiar sin meterme en problemas y líos de derecho de autor. A veces, (lo he mencionado
antes) me doy a leer mis propios archivos por la curiosidad de ver si mis
escritos todavía funcionan. Afortunadamente la mayoría todavía son legibles.
Soy un tonto que no pasa de moda, me digo. Aquí están los pedazos de textos que
el cura y el barbero salvarían de la biblioteca del Quijote si los encontraran
en su requisa.
I
Cuenta una antigua leyenda de la tribu Opa, que el demonio,
deseoso de confundir a los hombres y alejarlos del camino recto, dijo primero a
los hombres que la contemplación del propio ombligo les daría la sabiduría.
Cuando los hombres se dieron cuenta de que esto no era cierto, el demonio les
convenció que la forma de las nubes guardaba el secreto del saber infinito. Los
hombres pasaron mucho tiempo estudiando las formas celestiales hasta que
cayeron en la cuenta de que no eran más sabios que antes. El demonio aún pudo
convencer al hombre una tercera vez, diciendo que el secreto de la sabiduría
podía encontrarse meditando inmóvil, con los ojos cerrados y sin hablar. Los
hombres lo intentaron una vez más y cayeron nuevamente en la trampa.
Escarmentados, los hombres juraron no volver a creer en las palabras del
demonio y lo expulsaron de la tierra. Enfadado, el demonio les envió a los
hombres blancos con sus cuentas de vidrio con espejos, sus televisores a color,
sus revistas llenas de publicidad y sus libros de autoayuda, para hacerlos
vivir eternamente engañados.
II
Erase en un lugar de mi país un lugar al que llamaban la
morada del silencio, un lugar donde no se escucha ningún ruido del mundo
exterior, donde existía un silencio ensordecedor, tal que en ese lugar hablar
tenía mucho de sacrilegio, todas las palabras se escuchaban deformadas y
horribles, pasar mucho tiempo allí hacía que la gente empezara a tener visiones
del pasado, presente y futuro, en donde muchos de los que salieron de aquel
silencio perdieron la facultad del habla durante días y semanas. Los pobladores
de las cercanías advierten al visitante contando las historias de aquellos que
perdieron la razón después de haber pasado demasiado tiempo allí.
III
Aquel que, enojado por una tormenta que arruinó un paseo por
el campo con su prometida, prometió a su amada castigar a los elementos por ese
ultraje. Así que salió de la cabaña en la que se encontraba blandiendo furioso
su espada contra los elementos. La pelea fue corta y desigual, pues a los pocos
minutos un rayo fulminó al incauto. Los familiares, durante el entierro,
calificaban el suceso como un acto de Dios, otros mencionaban el castigo que
Zeus, el dios del rayo, infligía a quienes osaban retarlo. Con seguridad que si
hubiera estado de moda en ese tiempo, se hubiera hablado también del karma, La
verdad es que esa muerte se debió a la pura y simple estupidez.
IV
Un libro es como un camino, cuando empiezas a recorrerlo no
sabes hasta dónde te ha de llevar, el camino puede ser largo, puede ser
sinuoso, habrá tramos en donde te sientas cómodo o partes empinadas y
difíciles, paisajes por descubrir y recodos que sólo tú serás capaz de admirar.
Después de llegar al final, sabrás si el viaje valió la pena, y descubrirás que
el camino es solo de ida, que el regreso es imposible, que aunque regreses al
lugar de donde partiste, no volverás como el mismo que partió un día.
(La biblioteca)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario