Necesitaba un terreno, pues ya antes le habían ofrecido castillos en el aire.
Un buen hogar debe asentarse sobre un terreno firme, le dijo el civil.
Después vino el arquitecto y le propuso planear su vida.
Cuando llegó el topógrafo, ella marcó su territorio.
El picapedrero le ofreció una base sólida, no vayas a tropezar con la misma piedra.
El carpintero quiso entablar una relación.
Unas son de cal y otras de arena, dijo el cantero.
El albañil quiso algo concreto.
El techador techó de menos.
El electricista le ofreció traerle luz y calor.
El pintor propuso darle color a su vida.
El jardinero quiso que la relación florezca, enterrando las diferencias.
Incluso un abogado sugirió que debía tener al día las licencias, y le propuso formalizarse.
Al final llegué yo y todo se derrumbó.
Un textomuy original. Un beso
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