Hay veces en que es bueno detenerse un momento para ver las huellas que estamos dejando en el camino. Inclinándome un poco, puedo ver todas las huellas que han pasado por este camino. Hay huellas profundas y huellas leves, de gente liviana sin duda. Es fácil ver que alguna vez este camino fue pisado por primera vez por alguien, y luego muchos lo siguieron, algunos de cerca y otros a mayor distancia, hasta que muchos no vieron nunca al que hizo las primeras huellas. Otros fueron por aquí solo porque los demás lo hacían, otros siguieron este camino porque no conocieron otro, por acompañar a alguien, o por flojera de buscar un camino nuevo. Al final todas las huellas están confundidas y nadie sabe cuál huella es de quién.
Naturalmente el camino fácil es el más
transitado, pero este camino es de piedra y la gente que pasa por allí no deja
huellas. Los que han pasado por aquí vieron lo que todos los demás, un paisaje
conocido que nunca cambia, y al final no dejaron huellas y no tuvieron nada qué
contar del camino. Hay quien creyó que pintar su nombre en las piedras o dejar un mensaje tallado en un árbol bastaba para ser recordado, pero nadie lee lo que está escrito, lo que importan son las huellas, no que alguien diga lo que hizo.
Hay algunos caminos menos transitados por
los que la gente pasa esperando hacer algo diferente. Al inicio del camino
puedo ver muchas huellas, pero con cada piedra en el camino se ven huellas que
dan la vuelta hacia el camino fácil. Algunos tropiezan más de una vez con la
misma piedra, y otros la retiran para ayudar al próximo que pase.Se dice que alguien alguna vez trató de borrar
las huellas de otro, pero las huellas se hicieron más profundas y sus propias
huellas se desvanecieron rápidamente. Y hay huellas que se encaminan directamente al precipicio, son las de aquellos que no sabían a donde iban, o de los que, incapaces de llegar a su destino, quisieron acabar con todo.
Hay también caminos difíciles con abismos
a los costados, piedras obstruyendo, con cactus, caminos en subida y con muchas
curvas. Aquellos que lo siguen se ven gratificados con las hermosas vistas
desde lo alto y con el honor de lograr lo que pocos pudieron.
Por último, hay los que van por donde no
hay huellas, ellos son los que hacen su propio camino que otros seguirán después.
No saben lo que encontrarán en el camino, ni siquiera tienen la seguridad de
que llegarán a su destino, solamente confían en la dirección que llevan. Ellos
serán los primeros en encontrar las dificultades y los que deberán resolverlas
para seguir este nuevo camino. Por un tiempo veré sus huellas solitarias en el camino
que han hecho al andar.
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